Abadía de Párraces, un lugar de ensueño.
Este año ha sido especialmente generoso en uno de los fenómenos atmosféricos que más nos gustan: la nieve.
Por ello la Abadía se ha cubierto, en varias ocasiones, con un manto blanco que hace que sus rincones parezcan aún más de cuento de hadas. El claustro, con su fuente y sus ancianos cipreses, sin duda parece sacado de un cuento de los hermanos Grimm.